Encuentro Mitja 30 enero 2021

 En la reunión del sábado 30 de enero estuvimos a ratitos algunas y a muchitos otras. Algunas no pudieron estar, pero todas, como siempre, igual de presentes. Continuamos con los cuidados a lo jitsi, desde donde, sesión tras sesión, completamos el tapete sobre el que colocamos nuestro ordenador y nos agarramos a sus flecos. Pero es que ahí, al otro lado de la pantalla, seguimos estando nosotras.


Tati, nuestra amorosa cronista en la actualidad, tuvo que dejar la reunión y la vi de refilón. En Mallorca estaba Catalina, en Madrid, Eva, ambas de Calça Subversiva. Natalia desde Berga, Vanessa en (no recuerdo el nombre del pueblo) y yo, Rosa, en Sant Pere de Ribes. Por los correos sabemos que Nancy y Jesús andan en performances, Raquel con traslados. Muchas trajinan con cuidados, propios y de familiares, en sus diversas formas. Mucha fuerza y amor para todas.
Para añadir a las memorias de Mitja Subversiva, y ahora que estamos rondándolas, con Catalina y Eva, pudimos  recordar desde lugares que no habíamos pensado. ¡Ojalá hubiéramos tenido un poco más de tiempo para atender las sensibilidades de lo vivido en Mallorca, qué huellas dejó, las vivencias y necesidades de cada una en esos días!
Las compañeras de Calça Subversiva nos explicaron cosas de las Kellys. Dijeron que estaban todas juntas en un grupo de wasap y que, en general, eran muy activas en cuanto a cuidados, todas estaban sufriendo directamente las consecuencias del parón del sector turístico. Se ve que todas arrimaban el hombro para salir adelante, que quedaban para caminar y verse. Pero, a la que Catalina proponía algo que oliera a “proyecto”, el silencio en el grupo de was, era generalizado. En todo caso, y como llega la fecha de San Folletín, quizás salga alguna propuesta de las compañeras de Calça. Veremos. La cosa apunta por frases que odiamos en pandemia: el “todo irá bien” o “el tiempo lo cura todo” como ejemplo.
Natalia se conectó, estaba triste, de duelo. Hablamos de pérdidas y de la manera en que están presentes las personas que se van, de recuerdos e historias que nos dejan. Nos explicó que estaba metida de lleno en su curso de patronaje y Eva sacó una levita, creo que negra y de pana, que encontró en la calle. Alabamos la calidad de las telas y los recosidos tan creativos de los forros, hechos para mantener la integridad de la prenda sin afectar al exterior, que siempre tiene que estar pulido, reluciente, vistoso. Natalia, ya muy profesional, habló de las sisas y del tema del cosido de la manga y nos dijo que cualquier cosa con el patronaje, allí estaba ella.
Y yo ya no sé qué dijo Vanessa ni qué dije yo. Que hablamos estoy segura, y que al final Catalina nos explicó que un amigo de su hijo lleva un canal de vídeo. Parece que el niño, creo que de 10 años, busca cualquier excusa para colocar en su intervención la frase “Tots morirem”. Nos parece un buen contrapunto para el buenrollismo pandémico y es una frase que quizás bordemos en una nueva edicion de San Folletín.

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